Originally posted 2018-05-04 17:40:55.
La menstruación, el parto y el sangrado vaginal en el islam
En el Islam, la menstruación, el periodo de postparto, y el sangrado vaginal no significan un aislamiento total de las mujeres. Por el contrario, sólo implica la abstención de relaciones sexuales.
El Profeta Muhammad solía dormir con sus esposas sin penetración durante sus períodos menstruales, y ellas lavaban su cabeza mientras él estaba en retiro religioso, estando ellas menstruando. El Profeta Muhammad también solía tomar un baño con sus esposas menstruando, del mismo recipiente.
`Aisha relató: “Yo solía tomar un baño con el Profeta, de la misma vasija, mientras que los dos estábamos en un estado de impureza mayor. Él me ordenaba ponerme ropa de abajo al dormir con él mientras estaba menstruando, y sacaba la cabeza fuera para que yo le lavara la cabeza mientras estaba en su retiro religioso y yo estaba menstruando”. (Al-Bujari)
Las mujeres que están menstruando o confinadas tienen unas normas más ligeras en el Islam. Pueden dejar de ayunar durante su menstruación o puerperio en Ramadán y pueden compensar por los días en que han roto el ayuno, después de Ramadán. También pueden dejar de hacer la oración sin tener que compensar las oraciones perdidas. Se les recomienda asistir a las oraciones de fiesta (‘Eid).
En cuanto a la hemorragia vaginal fuera de los períodos menstruales normales, una mujer sólo tiene que purificarse para cada oración mediante la realización de la ablución (wudu).
La menstruación, el parto y el sangrado vaginal en el cristianismo
La Biblia considera una mujer que está menstruando impura y también lo es el que se tumba con ella, el que la toca o toca su cama, y esa persona tiene que tomar un baño y lavarse la ropa. Todo sobre lo que se sienta la mujer menstruante se convierte igualmente en impuro. (Levítico 15: 19-24)
En cuanto al post parto, la Biblia considera una mujer confinada tan impura como la mujer que está menstruando. Por lo tanto, no puede tocar ninguna cosa santa ni ir al santuario. La impureza de una mujer confinada se multiplica si ha dado a luz a una niña. Parir es un crimen a ojos del Antiguo Testamento, una mujer tiene que expiar por ello. (Levítico 12: 1-8)
En cuanto a la hemorragia vaginal, que es como la menstruación en la Biblia, en términos de la impureza de la mujer y la necesidad de la reconciliación por un crimen que no ha cometido. Sin embargo, el sufrimiento de la mujer que tiene sangrado vaginal es mucho más largo y mayor. (Levítico 15: 25-33)