El Islam es una religión completa que cubre todos los aspectos de la vida. Las necesidades espirituales, emocionales y físicas son tratadas todas ellas por igual, sin darle más importancia a unas que a otras. De hecho, para que una persona esté espiritualmente sana, sus necesidades emocionales y físicas deben ser atendidas. Esto no se limita a los adultos; los derechos y las necesidades de los niños son de suma importancia. Los derechos de los niños entran en juego incluso antes de la concepción.
Cuando el hombre y la mujer toman la decisión de casarse y formar una familia están asegurando los derechos de sus hijos en el futuro. El profeta Muhámmad (la paz sea con él) aconsejó a sus compañeros y a todos los creyentes hacer la siguiente súplica a Dios antes de tener relaciones sexuales.
“¡Comienzo con el Nombre de Dios! ¡Oh Dios! Protégeme de Satanás y protege lo que concibamos entre nosotros (nuestros hijos) de Satanás”. (Al-Bujari)
Una vez un niño es concebido, es importante recordar que se trata de un fideicomiso de Dios. A pesar de que el niño es sin duda una bendición, no es una posesión. Él o ella tiene derechos otorgados por Dios que se deben cumplir. A lo largo del embarazo, los futuros padres deben tener cuidado para prepararse para la nueva llegada. La madre debe cuidar de sí misma y comer la comida correcta, tener el descanso necesario y buscar ayuda médica cuando sea necesario. La preparación para el parto también incluye recordar a Dios y buscar su ayuda.
¡Señor mío! Concédeme una buena descendencia procedente de Ti; realmente Tú eres el que atiende las súplicas. (Aal ‘Imran 3:38)
Él es Quien os creó a partir de un sólo ser del que hizo a su pareja para que encontrara sosiego e intimidad en ella.
Y después de cubrirla, quedó embarazada de una carga ligera que llevó adelante hasta que se hizo pesada y entonces ambos pidieron a Allah, su Señor: Si nos das un hijo recto estaremos siempre agradecidos. (Al-A`raf 7: 189)
Y los que dicen: ¡Señor nuestro! Concédenos en nuestras esposas descendencia y frescura de ojos y haznos un modelo para los que tienen temor (de Allah). (Al-Furqan 25: 74)
Los musulmanes creen que todos los niños nacen sometidos a Dios. Esto significa que nacen de forma innata inclinados a amar y adorar solamente a Dios. En sus tradiciones, el profeta Muhámmad (la paz sea con él) lo dejó muy claro. Dijo que ningún niño nace fuera de su verdadera naturaleza (Islam) y que sus padres podrán elegirán para él / ella una religión diferente que no sea la sumisión a un solo Dios. (Al-Bujari y Muslim)
Cuando nace un niño es un motivo de alegría y celebración. En el Islam no hay preferencia sobre que sea un niño o una niña. El Corán dice que tanto el varón como la hembra se crean a partir de una sola persona (Adán) y que todos son iguales excepto en términos de piedad y justicia.
¡Hombres! Temed a vuestro Señor que os creó a partir de un solo ser, creando de él a su pareja y generando a partir de ambos muchos hombres y mujeres.
Y temed a Allah, por Quien os pedís unos a otros, y respetad los lazos de sangre. Realmente Allah os está observando. (An-Nisa ‘4: 1)
El Islam fue revelado en un momento en que los árabes practicaban el infanticidio y a menudo enterraban a sus bebés de sexo femenino con vida. Esta era una práctica ignorante y el profeta Muhámmad afirmó categóricamente que las niñas son una bendición y que criarlas y hacerlas justas es una fuente de gran recompensa.
Y cuando a alguno de ellos se le anuncia el nacimiento de una hembra su rostro se ensombrece y tiene que contener la ira.
Se esconde de la gente a causa del mal de lo que se le anunció pensando si se quedará con ello a pesar de la vergüenza o lo enterrará. ¿Acaso no es malo lo que juzgan? (An-Nahl 16:58 y 59)
También hemos aprendido mucho acerca de la visión islámica de los niños de la amada esposa del profeta Muhámmad, Aisha. Tradiciones narradas por ella muestran claramente que los hijos varones no deben tener preferencia sobre las niñas y que el aumento de las hijas es una fuente de gran recompensa.
Una señora junto con sus dos hijas vino a mí (Aisha) pidiendo una limosna, pero no encontró nada en mi excepto un dátil que le di a ella y que dividió entre sus dos hijas, no comiendo ella nada, y luego se levantó y se fue. Entonces el Profeta entró y se le informó acerca de esta historia. Él dijo: “El que se pone a prueba al tener que criar las hijas y las trata con generosidad (con benevolencia), entonces estas hijas actuarán como un escudo para él con el fuego del Infierno”. (Al-Bujari)
“Cada vez que un niño nacía entre ellos, Aisha no preguntaba si se trataba de un niño o una niña. En cambio, preguntaba, ‘¿Está el niño sano (y sin defecto)?’ Si se le respondía, “Sí”, ella decía: Todas las alabanzas son para Allah, Señor de todos los mundos”. (Clasificado como un buen hadiz por al-Albani)
Cuando llega el gran día, una nueva vida se une al mundo imperfecto. Él es colocado en manos de sus padres y adquiere el derecho a más derechos. Islam establece muy claramente que hay formas de dar la bienvenida y tratar a los lactantes y los niños. Ellos tienen derecho a que sus necesidades físicas y emocionales se satisfagan y tienen derecho a que se les enseña cómo adorar, amar y mantener una conexión con Dios.
A los padres, las familias extendidas, los tutores y la comunidad musulmana en general se les ha dado una confianza, una pequeña vida completamente dependientes de sus cuidadores para su protección y cuidado. Muchos niños del mundo se encuentran inmersos en el terror. El hambre, el dolor, el sufrimiento, la tortura, el abuso sexual, y otros horrores son realidades sus vidas. Cuando sus pequeños intentos de obtener un poco de bienestar son denegados o sus gritos son silenciados Dios está viendo, y los ángeles están registrándolo.
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Fuente: islamreligion.com.