Hoy en día todos hemos escuchado acerca de la película americana “Noé,” que es una película americana épica y de fantasía inspirada en la Biblia, basada en la historia del Arca de Noé, protagonizada por Russell Crowe.
En realidad, mucha gente no sabe que la historia de Noé también está mencionada en el Corán, ya que los musulmanes creen en Noé como un profeta de Dios. Mientras la historia del profeta Noé solo está mencionada una vez en el Génesis, está relatada más de una vez en el Corán.
Mientras podemos encontrar la historia del profeta Noé una vez en la Biblia (Génesis 5:32-10:1), podemos leerla en varios pasajes del Corán, teniendo en cuenta que hay un capítulo independiente en el Corán que trata de la historia del profeta Noé, que lleva su nombre: “Capítulo de Noé.”
Ya que la palabra árabe “نوح” (“Noé” en español) se repite unas 43 veces en el Corán refiriéndose al profeta Noé, hay varios pasajes en los que se narra la historia detalladamente (el capítulo de Noé entero [Nuh 71:1-28], Al-Qamar 54:9-17, As-Saffat 37:75-82, Al-Ankabut 29:14-15, Ash-Shu`araa’ 26:105-122, Al-Furqan 25:37, Al-Mu’minun 23:23-30, Al-Anbiyaa’ 21:76-77, Hud11:36-49, Yunus 10:71-73, Al-A`raf 7:59-64)
De hecho, hay una similitud considerable entre la narración coránica y la narración bíblica en la que está basada la película, pero con diferencias. Ciertamente el relato bíblico contiene algunas declaraciones que contradicen la narración coránica e incluso a veces el sentido común. De acuerdo a la perspectiva islámica, estas diferencias se atribuyen a la distorsión sistemática a la que la Biblia ha estado sometida en varios momentos de la historia.
Por ejemplo, la Biblia dice que Dios se arrepintió de crear al hombre en la tierra y esto Le entristeció en Su corazón. Es por eso que dijo que destruiría al hombre de la faz de la tierra incluso con las bestias, los reptiles y los pájaros del cielo. (Génesis 6:5-7)
En comparación, el Corán no hace ninguna mención de arrepentimiento por parte de Dios. De acuerdo al Islam, no es propio de Dios mostrar sentimientos humanos, en especial arrepentimiento, remordimiento y semejantes.
Bajo el Islam, Dios conoce todo de antemano y por ello es improbable que muestre arrepentimiento. Cuando Dios creó al hombre, supo de antemano que es propenso a hacer el mal. En el Corán, leemos el siguiente verso:
“Y [cuéntales, ¡Oh Muhammad!] cuando tu Señor dijo a los ángeles: “Voy a poner en la tierra un representante Mío.” Dijeron: “¿Vas a poner en ella a quien extienda la corrupción y derrame sangre mientras nosotros Te glorificamos con la alabanza que Te es debida y declaramos Tu absoluta pureza?” Dijo: “Yo sé lo que vosotros no sabéis.” (Al-Baqara 2:30)
El Corán nos dice que la responsabilidad fue ofrecida a los cielos, la tierra y las montañas, pero se negaron a llevarla y la temieron, pero el hombre consintió llevarla. (Al-Ahzab 33:72)
El Corán continúa, clarificando las consecuencias de cargar con semejante responsabilidad:
“Para que Allah castigara a los hipócritas y las hipócritas y a los asociadores y a las asociadoras y se volviera con Su perdón sobre los creyentes y las creyentes. Allah es eternamente Perdonador y Compasivo. (Al-Ahzab 33:73)
Así pues, Dios sabe de antemano qué van a hacer las personas incluso antes de crearlas. Él recompensará a los que hagan el bien, sin importar cómo de pocos sean. De igual manera, Él castigará a aquellos que hacen el mal, sin importar cómo de numerosos sean.
Es más, la Biblia afirma que Noé “bebió del vino, y se embriagó, y estaba descubierto en medio de su tienda.” (Génesis 9:21)
Ya que los musulmanes creen que Noé fue un profeta de Dios, no pueden creer que un profeta de Dios pueda haber bebido vino, o que hubiese estado embriagado o descubierto en su tienda. De acuerdo a ellos, un buen hombre corriente probablemente no lo haría. Por contraste, es menos probable que un profeta haga algo así ya que va en contra de la integridad de los profetas de Dios. En ningún sitio en el Corán podemos encontrar una referencia así a un profeta de Dios.
De cualquier modo, dejando de lado las diferencias mencionadas entre la narración bíblica y la coránica, podemos concluir que hay muchas cosas en común y que hay lecciones que podemos aprender de esta historia ya sea de acuerdo a la Biblia o el Corán.
El punto crucial aquí es la causa de la creencia, la obediencia a Dios y las buenas obras en la tierra. Tanto el Corán como la Biblia indican que el Gran Diluvio lo causó la incredulidad, la transgresión, la desobediencia, la maldad, la injusticia y la aberración.
El Corán aclara que Noé fue un profeta al que Dios envió a llamar a la gente a adorar a Dios únicamente y a creer en el más allá. A pesar de que no le faltó esfuerzo para corregirles, persistieron en la incredulidad y la desobediencia. Como resultado, Dios decidió destruirlos a ellos y salvar a Noé y a los pocos creyentes que le seguían.
En conclusión, los detalles no nos deben distraer del significado de la historia. Uno debe tener en mente que la historia del profeta Noé tiene un propósito a largo plazo y que alcanza muy lejos, y que todos nosotros debemos tener en cuenta.
El Corán hace referencia al Gran Diluvio más de una vez como un signo y una lección para que la gente preste atención. (Yunus 10:73) , (Al-Muminun 23:30), (Al-Furqan 25:37), (Ash-Shu`ara 26:121), (Al-Qamar 54:15)
Finalmente, este diluvio fue un evento único y trascendental cuyo propósito era advertir la humanidad contra la incredulidad y la desobediencia para la posteridad. Es suficiente es decir que los seguidores de todas las religiones abrahámicas, incluidos los judíos, los cristianos y los musulmanes, creen en este suceso histórico.