En esta parte, vamos a ver cómo el profeta Muhammad (la paz sea con él) accedió a suspender su peregrinación menor y volver a Medina con el fin de evitar la lucha contra los Quraysh y el probable derramamiento de sangre que podría producirse, a pesar de las presiones de sus compañeros y de la oscura historia de los Quraish con él, así como de la persistente injusticia hacia él y hacia sus compañeros.
Acuerdo de Paz de Al-Hudaybiyah
Los Quraish (la gente de Meca), cuando se enteraron de que el Profeta y los musulmanes iban a realizar una peregrinación menor, reunieron fuerzas para combatir al profeta Muhammad y a los musulmanes con el fin de mantenerlos alejados del santuario.
Los politeístas de Meca habían matado y perseguido a los musulmanes en Meca. Todo musulmán había sido, o bien matado, o bien seriamente herido, expulsado o desposeído de sus bienes. Los politeístas también habían desacreditado, abusado y tratado de asesinar al profeta Muhammad en Meca. Por lo tanto, tuvo que emigrar a Medina junto a sus compañeros.
Para evitar luchar contra los Quraysh, el Profeta tomó una camino defícil a través de Thanyat Al-Murar. Cuando se llegaba a Hudaybiyah, su camella, llamada “Al Qaswa”, se arrodilló. Los Compañeros a continuación, se preguntaron: “¿Se resiste Al Qaswah?” En respuesta, el profeta Muhammad dijo: “Al Qaswa no se resiste. Esta no es una de sus costumbres. Pero, fue encerrada por quien encerró al elefante”. Entonces, dijo:”Por Aquel en cuyas manos descansa mi alma, si me pidieran un plan en el que glorifican a los ritos sagrados de Dios, seguramente se lo daría”. Entonces, él la regañó, por lo que saltó. Acto seguido, se alejó de Meca y siguió caminando hasta que se detuvo en el Al Hudaybiyah.
El Profeta envió a ‘Uzman Ibn Affan a decir a los Quraish que el profeta Muhammad y los musulmanes no venían a luchar, sino para hacer una peregrinación menor, dado que los musulmanes llevaban las prendas de peregrinación.
Sin embargo, los Quraish arrestaron a ‘Uzman en Meca. Entonces, el Profeta temió por él y decidió luchar contra los Quraish para liberarlo. Entonces, los Quraish enviaron a ‘Urwa Ibn Al-Mas’ud Thaqafi para negociar un acuerdo de paz con el Profeta.
El profeta Muhammad hizo saber a ‘Urwah que él y los musulmanes solo querían hacer una peregrinación menor. En principio, accedió a firmar un acuerdo de paz con Quraish para evitar la lucha.
Entonces, los Quraish enviaron a Suhail ibn ‘Amr para cerrar este acuerdo con el Profeta. Al ver a Suhail, el Profeta se regocijó: “De hecho, el asunto ha sido facilitado para ti. La gente (Quraish) querían la paz cuando enviaron a este hombre”.
Aunque los términos del acuerdo de paz propuesto por los Quraish eran injustos, ilícitos, prejuiciosos y sesgados contra los musulmanes, el profeta Muhammad estuvo de acuerdo con ellos para evitar la lucha contra los Quraish.
Se ha narrado que cuando las dos partes llegaron a un acuerdo, el Profeta llamó a ‘Ali Ibn Abu Talib y dictó: “Escribe: En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso”. Entonces, Suhail se opuso: “En cuanto al Clemente, no sé quién es. Pero, en cambio, escribe: ‘En tu nombre, Señor’, como soléis hacer”. Los musulmanes a continuación se opusieron: “Por Dios, vamos a escribir solamente ‘En el nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordioso’”. Entonces, el Profeta Muhammad instruyó: “Escribe: en tu nombre, oh Señor”. Entonces, el Profeta dictó: “Escribe: esto es en lo que Muhammad, el Mensajero de Dios, estuvo de acuerdo”. Una vez más, Suhail se opuso: “Por Dios, si supiéramos que eres el Mensajero de Dios, no te mantendríamos lejos del sagrado santuario. En su lugar, escribe: ‘Muhammad ibn `Abdullah'”. Entonces, el Profeta Muhammad respondió: “Yo soy el Mensajero de Dios, a pesar de que no creáis en mí. Escribe: ‘Muhammad ibn ‘Abdullah'”.
El acuerdo incluía los siguientes términos:
- Se permitirá a aquellos que quieran hacer un trato con los Quraish que lo hagan. A aquellos que no son de los Quraish y quieren hacer un trato con Muhammad se les permitirá.
- Se impedirá la guerra por un período de 10 (diez) años.
- Los musulmanes deberán volver (a Medina) este año, estipulándose que volverán a Meca para realizar una peregrinación menor el próximo año.
- Ninguna de las dos partes asaltará ninguna tribu o entre ellos, cualesquiera que sean las razones que puedan tener.
- Los musulmanes devolverán a las personas Quraish que se hagan musulmanes sin el permiso de sus tutores. Sin embargo, los Quraish no devolverán a los musulmanes que vayan a ellos.
Cuando el profeta Muhammad terminó de dictar el acuerdo, dijo a sus compañeros: “Levantaos y haced un sacrificio, y después afeitaos el cabello”. Sin embargo, ninguno de ellos se levantó, aunque el Profeta lo repitió tres veces.
Cuando ninguno de ellos se levantó, él mismo se levantó sin hablar con ninguno de ellos. Mató un camello y llamó a su peluquero. Cuando vieron esto los musulmanes, se levantaron y sacrificaron. Se afeitaron el pelo unos a otros. Sin embargo, estaban a punto de matarse unos a otros por la tristeza.
Es necesario destacar que el profeta Muhammad tenía gran interés en evitar el derramamiento de sangre, a pesar de estos contratiempos que amenazaban el acuerdo de Paz de Al Hudaybiyah. Mientras que las dos partes estaban llegando a la conclusión del acuerdo, un nuevo musulmán, llamado Abu Yandal Ibn Suhail ibn ‘Amr, llegó arrastrando los pies Este había salido de la Meca arropándose entre los musulmanes.
Suhail dijo: “Oh Muhammad, este hombre es el primero al que te pido que me devuelvas”. El Profeta dijo: “Aún tenemos que concluir el acuerdo”. Suhail respondió: “Por Dios, nunca terminaré un acuerdo de paz contigo”.
Aunque profeta Muhammad insistió en se que eximiera a Abu Yandal de los términos del acuerdo, tuvo que acceder a que lo entregarían a Suhail para concluir el acuerdo con éxito y evitar así el derramamiento de sangre.
Acto seguido, Abu Yandal preguntó: “Oh comunidad musulmana, ¿me devolveréis a los hijos de los politeístas para que me alejen de mi religión?” Entonces, el Profeta le consoló: “Oh Abu Yandal, ten paciencia y espera la recompensa. Sin duda, Dios traerá alivio y encontrará una salida para ti y para las personas débiles contigo”. En última instancia, Abu Yandal fue entregado a los Quraish.
Tras la conclusión del acuerdo de paz, ochenta politeístas de Meca trataron de atacar y tomar el desconcertado campamento musulmán, pero los musulmanes lograron capturarlos. El Profeta los perdonó. Una vez más, otros treinta politeístas Quraish hicieron otro intento de atacar a los musulmanes, pero también fueron capturados y después liberados por el Profeta. Una vez más, setenta politeístas trataron de provocar a los musulmanes para luchar, pero los musulmanes los capturaron y por tercera vez el profeta Muhammad los perdonó, aunque algunos de ellos habían abusado de él. A continuación, fue revelado el siguiente verso:
Y Él es Quien hizo que sus manos se alejaran de vosotros y las vuestras de ellos en la hondonada de Meca (Al-Fath 48:24)
El Profeta insistió en el cumplimiento de los acuerdos a pesar de las enormes presiones ejercidas por sus compañeros. La mayoría de los compañeros no estaban satisfechos con la mayor parte de los términos del acuerdo.
Por ejemplo, Ali se opuso a borrar “el Mensajero de Dios” al que Suhail ibn `Amr se opuso. Entonces, el Profeta Muhammad le dijo: “Muéstrame dónde está”. Cuando le mostró el lugar, el Profeta lo borró por sí mismo y acordó su sustitución por “Ibn ‘Abdullah”.
Una vez más, los musulmanes estaban enojados con el artículo de que los musulmanes deberían devolver a los musulmanes que escaparan de los Quraish a Medina. Cuando se oponían a ello, el profeta Muhammad respondió: “De hecho, el que va a ellos es llevado por Dios. El que viene a nosotros de ellos tendrá un alivio y una salida de Dios “.
‘Umar Ibn Al-Khattab narró que, tras la conclusión del acuerdo anterior, fue al profeta Muhammad estando muy enojado y protestó:”¿Acaso no eres verdaderamente el profeta de Dios?” El Profeta respondió afirmativamente. A continuación, se quejó: “¿Por qué hacemos que nuestra religión sea humilde?” El Profeta respondió: “Ciertamente, yo soy el Mensajero de Dios. No puedo desobedecer. Sin duda, me dará la victoria”. ‘Umar preguntó: “¿No nos dijiste que llegaríamos a circunvalar el santuario santo?” El profeta Muhammad respondió: “Sí, lo hice. Pero, ¿te dije que sería este año?” ‘Umar dijo: “No”. El Profeta entonces afirmó: “Sin duda, irás a ella y la circunvalarás”.
Entonces, ‘Umar fue a Abu Bakr y le dijo lo que había dicho al profeta Muhammad. Entonces, Abu Bakr dijo: “Sin duda, él es el mensajero de Dios. Él no puede desobedecerle. Sin duda, Dios le dará la victoria. Por lo tanto, mantengámonos firmes a su cuerda. Por Dios, que está en el camino correcto”.
‘Umar lamentó: “Seguí el ayuno, di limosna y liberé esclavos como una expiación por lo que hice, por miedo a las palabras que dije en ese día, con la esperanza de que fuesen buenas”.
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referencias:
1- El Corán (Sahih Internacional de la Traducción)
2- As-Sirah An-Nabawiyah, por Ibn Ishaq