Uno de los nombres y atributos de Dios es “el Guía”. No hay duda de que el Señor de este universo es el único capaz de guiar a su creación y de que es digno de ser descrito como “el Guía”. No hay nadie que pueda guiar o desviar a otras personas excepto Él.
El Guía en Islam
En el Corán, Dios (llamado “Allah” en árabe) es descrito como “la Guía”. Por ejemplo, leemos:
Y para que sepan aquellos a los que se les ha dado el conocimiento que es la verdad que viene de tu Señor, crean en ello y se tranquilicen así sus corazones. Realmente Allah es el Guía de los que creen y los conduce a un camino recto. (Al-Hayy 22:54)
También leemos:
Y del mismo modo le pusimos a cada mensajero un enemigo de entre los que hacían el mal. Pero tu Señor es suficiente como Guía y Protector. (Al-Furqan 25:31)
Ya que Dios es “el Guía”, se considera que la guía la proporciona literalmente solo Él, y ningún otro aparte de Él. Leemos:
Los judíos y los cristianos no estarán satisfechos contigo hasta que no sigas sus creencias. Di: La guía de Allah es la Guía. Si siguieras tus deseos después del conocimiento que te ha venido, no tendrías ante Allah quien te protegiera o te auxiliara.
Aquellos a quien dimos el Libro y lo leen como debe ser leído, creen en él; pero los que lo niegan, esos son los perdidos. (Al-Baqarah 2:120-121)
También leemos:
Los hombres eran una única comunidad y Allah envió a los profetas como portadores de buenas noticias y advertidores. E hizo descender el libro con la verdad, para que fuera un juicio entre los hombres sobre aquello en lo que discrepaban. Pero no fue sino después de tener las pruebas claras, cuando aquellos que lo habían recibido, discreparon sobre él por envidias de unos con otros… Y Allah guió a los que creían a la verdad de la que discrepaban, con Su permiso. Allah guía a quien quiere al camino recto. (Al-Baqarah 2:213)
El Guía en el Cristianismo
A pesar de que Jesús se toma como Dios en el cristianismo, observamos que la Biblia cita a Jesús atribuyéndole la guía a Dios (llamado “Padre” en el cristianismo) en vez de a sí mismo. Por ejemplo, en el Nuevo Testamento, leemos: “Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera. Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió”. (Juan 6:37-38)
También leemos: “Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero”. (Juan 6:44)
Más adelante leemos: “Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre”. (Juan 6:65)
El Nuevo Testamento también cita a Jesús cuando dice: “Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo”. (Juan 17:24)
Finalmente, en la Biblia leemos: “He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra. Ahora han conocido que todas las cosas que me has dado, proceden de ti; porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste. Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son, y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en ellos. Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros. Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese”. (Juan 17:6-12)
Ahora podemos preguntar: si Dios es el Guía en el cristianismo, en el sentido de que nadie puede ser guiado excepto a través de la guía proporcionada por Dios, ¿Cómo puede Jesús ser Dios?
Dios es el Guía aparte del quien no hay guía alguno. Aquel que no puede guiar a otros si no es mediante el poder de otro no puede ser Dios.