Por: Huseyin algu[i]
Definición del Islam
La raíz de la palabra Islam, silm, se refiere a “hacer la paz, estar en un ambiente pacífico, seguro, saludable, seguridad, encontrar la paz, alcanzar la salvación y el bienestar o estar alejado del peligro, alcanzar la bondad, el confort y el favor, mantenerse alejado de problemas y desastres, someterse y obedecer, alejándose de lo incorrecto”. “Someterse y obedecer” aquí significa “someterse a la justicia y a la rectitud con el fin de alcanzar la paz y la seguridad y estar en una ambiente tranquilo por la propia voluntad”. De hecho, salam y salamat significa “alcanzar la salvación”, aslama significa “sometido, convertirse al islam y hacer la paz”. “Islam” se menciona tanto como sustantivo como verbo con estos significados en muchos versos en Corán[ii].
Desde esta perspectiva, el Islam es “sumisión a Dios, aceptando su autoridad, así como obedecer sus órdenes”; “la sumisión total de uno mismo y servirle solo a Él”; “aceptar el mensaje del Profeta Muhammad (la paz sea con él) y cumplir con el mismo”. (Al-Tirmidhi)
En este sentido, un musulmán es aquel que se encuentra bajo la sombra tranquila y segura del Islam. Dios quiere para un musulmán que viva en un ambiente tranquilo y seguro y que se esfuerce en propagar y continuar la paz.
Puesto que el Islam significa vivir en un ambiente de paz que surge como resultado de la sumisión a Dios, el Corán dice que toda la humanidad debe abrazar el silm, es decir, la paz, y nos recuerda que evitemos seguir a Satán. Como se indica en el siguiente verso:
¡Creyentes! Entrad en la Paz* del todo y no sigáis los pasos del Shaytán, él es un claro enemigo para vosotros.
*[Entrad en la paz o en la Sumisión, según la lectura de la palabra, que posee dos variantes. Ambos matices se refieren al-Islam, es decir: “Entrad en el Islam del todo”.] (Al-Baqarah 2:208)
Satán es el enemigo de la paz. A este verso le sigue un recordatorio del irresistible poder de Dios si los creyentes “tropiezan y se vuelven” del camino de Dios para lograr la paz y el acuerdo.
El propósito del Islam
Con el fin de ser capaces de presentar una imagen justa del Islam, tenemos que considerar sus divinos propósitos, que producen, como resultado, un orden justo en el mundo. Mediante la aplicación de medidas preventivas para garantizar la seguridad de la riqueza, la vida, la mente, la religión y la reproducción, el Islam tiene como objetivo construir una sociedad en paz, serenidad, amistad, colaboración, altruismo, justicia y virtud.
Según el Corán, todos los musulmanes son hermanos y hermanas entre sí, y si aparece un desacuerdo entre ellos deben firmar la paz y corregirlo (Al-Hujurat 49:10). Se ayudan entre ellos para evitar lo que Dios ha prohibido y para observar sus asuntos religiosos en todas las etapas de la vida (Al-Ma’idah 5:2); los asuntos importantes los deciden después de la shura, es decir, la consulta (Aal ‘Imran 3:159; 42:38); y siempre testifican la verdad, incluso si es en contra de sus parientes cercanos (An-Nisa ‘4:135).
También, como se menciona en el Corán, un verdadero musulmán sigue el camino recto. Eso significa que él o ella es fiel, honesto, justo y tranquilo, y vive para observar perfectamente su religión y en la guía de la razón[iii]. Seguir el camino recto puede ser entendido como ser absolutamente veraz y honesto en todas las circunstancias, así como tomar una forma moderada de vida que fomenta las buenas relaciones con todo el mundo.
Vivir en el camino recto es el deseo más ferviente de cualquier musulmán, tras la revelación del siguiente verso:
Así pues, sé recto tal y como te he mandado, en compañía de los que se han vuelto atrás de su error junto a ti; y no vayáis más allá de los límites, pues en verdad Él conoce perfectamente lo que hacéis. (Hud 11:112)
El Profeta Muhammad (la paz sea con él) dijo: “El Capítulo de Hud me ha hecho más viejo”. (Al-Tirmidhi) En este sentido, los compañeros comentaron sobre este verso: “No hubo ningún versículo revelado al Profeta que fuera más potente que este”. Un verso tan poderoso que ordena “lo que es correcto” debe tener el poder de erradicar cualquier tipo de violencia y opresión, que obviamente no son el camino correcto para mantener las relaciones sociales.
Misericordia y perdón
La compasión divina y la misericordia profética dan especial importancia al perdón y a la tolerancia. Como Dios, el Clemente, es misericordioso con todas las personas, su Profeta Muhammad (la paz sea con él) es misericordioso y compasivo con todos los creyentes (At-Tawbah 9:128). La orden clara de Dios al Profeta (la paz sea con él) es adoptar el perdón. El verso toma la vía de la paciencia y la tolerancia, y ordena lo que es bueno y correcto, y la eliminación de la ignorancia. (Al-A`raf 7:199)
Por una misericordia de Allah, fuiste suave con ellos; si hubieras sido áspero, de corazón duro, se habrían alejado de tu alrededor. Así pues, perdónalos, pide perdón por ellos y consúltales en las decisiones, y cuando hayas decidido confíate a Allah.
Es verdad que Allah ama a los que ponen su confianza en Él. (Aal ‘Imran 3:159).
Puesto que Dios y el Mensajero de Dios son misericordioso y compasivos con los creyentes, los que toman como ejemplo la ética divinamente prescrita y el carácter profético, obviamente, deben tratarse unos a otros con misericordia y compasión. Por lo tanto, los que han recibido el mensaje del profeta Muhammad nunca pueden ser arrogantes, enemigos u hostiles.
Además, Dios Todopoderoso aconseja a su Mensajero perdonar y consultar a la gente sobre sus ideas (Aal ‘Imran 3: 159; Ash-Shura 42:38), ya que el intercambio de ideas aumenta el sentimiento de unidad y la cooperación, al tiempo que reduce la tensión entre las personas. Como resultado aparece un deseo de cambio que transforma el odio en paz y serenidad.
De acuerdo con el Mensajero de Dios, las personas son iguales ante Dios como los dientes de un peine son iguales entre sí. Características como el idioma, la ascendencia, la raza, la riqueza y la pobreza no son signos de superioridad. En el verso trece del capítulo de Al-Hujurat, se habla de la creación de la humanidad de una hembra y un macho, la división de la humanidad en grupos étnicos o naciones y tribus con el fin de conocerse unos a otros, y de la importancia de temer a Dios con el fin de ser valorado por Dios.
El verso aprueba el tener una identidad y ser reconocido por una identidad; no obstante, rechaza el abuso de afiliación (de distinto sexo, grupos sociales o étnicos) como medio de superioridad. De este modo, se evalúa el honor y el valor de una persona en términos de valores universales que él o ella gana a través de su propia voluntad y esfuerzo, y no en términos de género o etnia, que no se obtienen a través de la libre voluntad[iv].
En el Islam el individuo es considerado como una persona que gana valor dentro de la sociedad, como una persona que es responsable de la comunidad en un contexto social.
Según el Islam, la vida de un ser humano es un préstamo de Dios, independientemente de su ascendencia, color o idioma, y por lo tanto debe ser protegido cuidadosamente.
La idea principal en el Islam es alabar a Dios, el Todopoderoso (Al-Fatiha 1:1; Al-An`am 6:45), y mostrar compasión a la creación. La humanidad es la mejor de todas las creaciones (Al-Isra’ 17:70) y fue creada en el grado más alto (At-Tin 95:4). Por lo tanto, todo ser humano, por naturaleza, merece respeto; acercarse a ellos con indulgencia, tolerancia y humildad es ciertamente virtuoso. Por lo tanto, mantenerse alejado del odio y tener una actitud tolerante son esenciales para la humanidad.
Dios, el Todopoderoso, ordena al Mensajero de Dios (la paz sea con él) en particular y a todos los musulmanes en general, perdonar (Ash-Shura 42:37; Aal ‘Imran 3:134). Por lo tanto, Dios ama las buenas actitudes tales como gastar y servir para el bien de la humanidad en todo momento, en cualquier circunstancia, perdonar a la gente y evitar hacer algo mal cuando nos enojamos.
Incluso si uno tiene el derecho de tomar represalias en respuesta a una mala acción, el perdón es mejor para aquellos que son temerosos. El Corán ilumina a toda la humanidad en este tema: La recompensa a una mala acción solo puede ser un mal igual; pero para quien perdona y se reconcilia, su recompensa le pertenece a Dios. Ciertamente, Él no ama a los malhechores (Ash-Shura 42:40; véase también Ash-Shura 42:43).
Además, cada uno de nosotros vive en el camino que Dios ha ordenado para él. Por esta razón, es más importante servir que luchar. Dios dice:
Y competid en las buenas acciones. (Al-Ma’idah 5:48)
También dice:
Di: Que cada uno actúe a su manera, pero vuestro Señor sabe mejor quién está en un camino con mejor guía. (Al-Isra ’17:84)
Por lo tanto, los individuos no deben disputar y luchar por sus diferentes ideas para satisfacer sus ambiciones e intereses propios. Más bien, por el contrario, deben competir en demostrar buen carácter y en servir de la mejor manera; deben apoyarse mutuamente, no en la injusticia, sino en hacer el bien.
Integridad
Un aspecto importante de ser musulmán es la confianza. Todos los profetas aparecen en el Corán con el atributo de la confianza[v]. En primer lugar, el profeta Muhammad, el más confiable de los cielos y la Tierra, y todos los profetas que le precedieron se esforzaron para promover la confianza en sus sociedades.
En un lugar donde no existe la confianza el amor, el respeto y la solidaridad están también ausentes. La falta de confianza destruye la familia, así como la vida social, cultural y económica. Por esta razón, el Profeta Muhammad (la paz sea con él) afirmó que la confianza y la traición no pueden coexistir (Musnad) y dijo: “Uno, que traiciona, daña, o engaña a un musulmán no es de nosotros”. (Muslim) Él describe al musulmán ideal de este modo: “Un musulmán es aquel de cuya mano y lengua la gente está segura. Un creyente es aquel de quien la gente sepa que su riqueza y vida están seguras”. (Al-Bujari)
En un hadiz, el Mensajero de Dios describe a los que son buenos y los que son malos: “El bueno de entre vosotros es de quien se esperan cosas buenas y de quien su pueblo está seguro de que no será perjudicado por él. El malo entre vosotros es aquel de quien no se espera ningún bien y de cuyo mal su pueblo no se siente seguro”. (Al-Tirmidhi) A partir de esto, se puede entender que un creyente es aquel que es digno de confianza, y por lo tanto, uno no podría estar amenazado por él bajo ninguna circunstancia.
En el Islam se espera de los creyentes la buena moral, el amor y el respeto a Dios y al Profeta Muhammad (la paz sea con él). El amor, la misericordia y la compasión se van a mostrar no solo a las personas sino también a todas las criaturas en la naturaleza ya que, según el entendimiento básico del Islam, cada creación es una bendición de Dios y la protección de una bendición es el comportamiento más apropiado de una ser humano.
Paz Social
En el Islam, el derecho a la vida es un valor absoluto. En el Corán, Dios dice:
Por esto les decretamos a los hijos de Israel que quien matara a alguien, sin ser a cambio de otro o por haber corrompido en la tierra, sería como haber matado a la humanidad entera.
Y quien lo salvara, sería como haber salvado a la humanidad entera. (Al-Ma’idah 5:32).
Cuando el Mensajero de Dios (la paz sea con él) explicó la capacidad del Islam para contribuir a la seguridad y la paz en la sociedad, especificó el siguiente objetivo: ” Un viajero podrá ir desde Sanaa (Yemen) hasta Hadramaut (Hiyaz) sin temer absolutamente de nadie, excepto de Allah y del lobo sobre su rebaño”. (al-Bujari)
Si tenemos en cuenta las dificultades debido a la extrema violencia con la que los musulmanes fueron tratados tanto en el periodo de Medina como el de Meca, podemos entender lo significativo que era este mensaje expresado por el Profeta. No incluye ningún deseo de venganza contra ninguna persona o grupo; en cambio, solo expresa un deseo ardiente por un mundo libre de violencia para todos.
El Profeta nos ordenó mantener la solidaridad social y la cooperación para abrir nuestros corazones a nuestros semejantes y para ayudarnos mutuamente en todo momento. Él dijo: “¡No cortéis las relaciones entre unos y otros! ¡No le des la espalda al otro! ¡No fomentéis el odio entre los unos y los otros! ¡Oh siervos de Dios! ¡Convertíos en hermanos y hermanas!”(Muslim)
Paz, mejora y acciones virtuosas
El término árabe islah (reforma) y sulh (paz) son de la misma raíz. Islah significa el alcanzar uno la paz y la serenidad, dejando conflictos y desviaciones. En otras palabras, se refiere a salir de la confusión por la solución de una controversia entre dos personas o dos lados.
Las buenas acciones son las acciones que son beneficiosas para las personas y la sociedad, así como las acciones que se toman para establecer la paz y la serenidad. Este concepto no sólo incluye ofrecer el culto y gastar en una buena causa, sino también sonreír, comportarse con gusto con los demás, establecer amistades, complacer a la gente con amables palabras, intercambiar saludos, una conversación cálida y el control de los malos sentimientos como el orgullo, la soberbia, la ira, la envidia, el rencor, la hipocresía, y la extrema ambición. Por lo tanto, en esencia, las acciones virtuosas son actos que purifican la humanidad de la agresión y la llevan hacia la paz.
En el Corán, se recomienda cesar pacíficamente los desacuerdos y no iniciar nuevos conflictos, peleas, confusiones y discordias. Además, a las personas se les pide adoptar un enfoque equilibrado y buscar la justicia (Al-Anfal 8:1; Al-Hujurat 49:9-10). Está prohibido echar a perder la paz y tranquilidad por la corrupción; hay sanciones para los que hagan[vi]. Es posible aplicar el siguiente verso:
La reconciliación es un bien. (An-Nisa’ 4: 128)
Fue específicamente revelado el erradicar los desacuerdos entre las parejas, en todo tipo de relaciones humanas. Islam recomienda una sociedad unida y mutuamente útil, y esta visión no sólo se refiere al nivel de nación, sino que también incluye las relaciones internacionales. En este sentido, desde una perspectiva islámica, el derecho internacional debe tomar como fundamento el establecimiento de la paz.
Conclusión
El Corán enfatiza la paz y la reconciliación como base de todas las relaciones sociales e internacionales. Como se menciona en el Corán, el Paraíso, que es la recompensa para los piadosos, es un lugar de serenidad. Uno de los noventa y nueve nombres de Dios es Salam, que significa paz. A lo largo de la historia, los musulmanes han hecho todos los esfuerzos para establecer la paz y la serenidad en todo el mundo en todos los ámbitos, solamente tomando medidas militares cuando sus enemigos trataron de obstaculizar estos esfuerzos por la humanidad. A lo largo de la historia, el enfoque general de los musulmanes ha sido el de apoyar el mantenimiento de la paz, difundir un ambiente de serenidad y confianza, y construir una civilización de amor, compasión y misericordia para compartir en paz con otras personas.
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Fuente: peaceandislam.com.
[i] Profesor Huseyin Algul es un miembro de la Facultad, que se especializa en la historia islámica, en el Departamento de Teología de la Universidad de Uludag, Bursa, Turquía.
[ii] Véase Mustafa Sinanoglu, “Islam-Giris”, XXIII, 1-2; Hamdi Döndüren, “Islam”, III, 179-191.
[iii] Véase el Corán: 1: 6-7; 11: 112.
[iv] Karamani Hayrettin, et al. (editado por). Kur’an Yolu, Türkçe de comidas han Tefsir, Ankara: Diyanet Isleri Baskanligi Yayinlari de 2006, V, 97-98.
[v] Véase Corán: 7:68; 26:107, 125, 143, 178; 44:18.
[vi] Véase Corán: Al Baqarah, 2:27, 205; Al Ma’idah 5:32-33; Al A’raf, 7:56, 85; Ar-Ra’d 13:25; Ash-Shu’ara’